Implantes dentales
Un implante dental sustituye una raíz faltante, preserva el hueso, permite dientes individuales sin afectar vecinos y mejora la retención de prótesis.
Implantología oral
Las sobredentaduras son una opción protésica sobre implantes dentales, especialmente adecuada para pacientes de edad avanzada que han perdido su dentadura y sufren por la movilidad de su prótesis total, lo que dificulta el habla y la alimentación. Estas prótesis funcionan como un broche macho-hembra y deben ser removidas por el paciente para su limpieza. Se elaboran principalmente de acrílico y son la opción más económica y sencilla entre las prótesis sobre implantes.
Este tipo de prótesis requiere menos implantes que las prótesis fijas atornilladas o cementadas, lo que las hace ideales para recuperar grandes extensiones o arcos completos (prótesis en herradura).
Sin embargo, las sobredentaduras no son la primera elección ni las más adecuadas para pacientes jóvenes, de mediana edad, o adultos mayores jóvenes, debido a consideraciones de confort, estética y la promoción de la reabsorción ósea en áreas sin implantes dentales, donde puede haber residencias o basculación de las sobredentaduras.
Aunque pueden usarse en pacientes de cualquier edad cuando los recursos económicos son limitados, estas prótesis son particularmente ideales para adultos mayores que sufren con la inestabilidad de sus prótesis, mejorando así su comunicación y alimentación.
¿Qué es un implante dental?
Un implante dental es un sustituto de una raíz faltante que se inserta en los huesos maxilares para colocar un diente artificial o una prótesis. Actualmente, la forma más común de los implantes dentales es la de un tornillo, con diferentes tipos de roscas y superficies. El material más utilizado para la fabricación de implantes dentales es el titanio, que es 100% biocompatible con el organismo humano. Este metal forma óxido de titanio en su superficie, creando enlaces químicos con la hidroxiapatita presente en el tejido óseo. Este proceso, llamado oseointegración, permite que los implantes se fijen inicialmente mediante una traba mecánica del roscado y, finalmente, se forme una verdadera unión química entre las superficies del implante y el hueso.
¿Qué ventajas y usos tienen los implantes dentales?
Reemplazar dientes perdidos con implantes dentales ofrece varias ventajas:
- Preservación del hueso maxilar: Cuando se pierde un diente, se inicia un proceso de reabsorción ósea debido a la falta de estímulo. Un implante dental actúa como sustituto de la raíz, estimulando el hueso y manteniéndolo en su lugar.
- Recuperación de un diente faltante de manera individual: Los implantes permiten reemplazar un diente sin afectar a los dientes vecinos, evitando el desgaste que requieren los puentes fijos tradicionales.
- Sustitución en casos de pérdida múltiple de raíces: Cuando faltan múltiples raíces y no hay pilares de soporte para una prótesis fija, los implantes dentales pueden proporcionar los pilares necesarios, permitiendo el uso de prótesis fijas en lugar de removibles.
- Mejora en la retención de prótesis removibles: Especialmente beneficioso para pacientes desdentados con gran pérdida de hueso maxilar, los implantes dentales ayudan a mantener las prótesis removibles en su lugar, mejorando el habla y la masticación. Esto es especialmente útil para aquellos que han perdido sus dientes hace mucho tiempo y tienen dificultades con la prótesis inferior, que tiende a desalojarse fácilmente.
¿Cuáles son las contraindicaciones de los implantes dentales?
Hoy en día, se han reevaluado las contraindicaciones para el uso de implantes dentales. Anteriormente, pacientes con VIH, fumadores, diabéticos y aquellos con osteoporosis eran considerados no aptos para estos procedimientos. Sin embargo, la evidencia científica actual ha demostrado el éxito de los tratamientos implantológicos en un gran porcentaje de estos pacientes.
Las contraindicaciones absolutas para el uso de implantes dentales en la clínica incluyen:
- Pacientes con osteoporosis tratados con bifosfonatos vía parenteral por 2 años.
- Pacientes con trastornos mentales que impidan una adecuada higiene dental.
- Pacientes que estén recibiendo radioterapia en la cabeza y el cuello.